LA SOMBRA RASGADA
Gravitando sobre las distintas atmósferas independientes de la vivienda, entre muros de mampostería y paneles de madera, se extiende el plano abstracto y ligero de la cubierta, protegiendo con su sombra todos los espacios abiertos que quedan unificados en la imagen sintética que sólo una geometría regular es capaz de alcanzar.
Perforado por patios y atravesado por las rítmicas rasgaduras de las pérgolas, la continuidad del plano se va animando con la apertura de huecos a cielo abierto, mientras el caprichoso juego de la luz que se escurre entre las lamas arroja sombras dinámicas acompasadas al movimiento del sol.
EL OBJETO SOBRE LA TOPOGRAFÍA
La determinación de la cota de implantación en una posición intermedia resulta determinante para un proyecto que busca una delicada relación entre la plataforma construida y el nivel del suelo. Sutiles movimientos topográficos acabaran por acomodar la pieza arquitectónica en el terreno en el que se asienta, configurando además un pausado recorrido descendente desde el acceso de la vía pública a la privacidad sombreada del jardín interior.
Los frondosos árboles preexistentes que se arraciman en la zona meridional de la parcela conforman el perfecto fondo de perspectiva, garantizando -con su tupido follaje- la intimidad de los espacios abiertos que delimitan. De esta forma, son las condiciones propias de la parcela las que forjan el carácter de los distintos ámbitos paisajísticos, con una zona norte más pública y elevada, en conexión con la calle, y una verde y privativa zona sur.
EL PLANO UNIFICADOR Y LA PLANTA ÚNICA
Abriéndose hacia la intensa luz del sur, el volumen arquitectónico queda definido por la tensión espacial latente entre dos planos ligeros, los esbeltos forjados del suelo y la cubierta.Bajo la etérea abstracción del delgado plano blanco de la cubierta se agrupan los distintos espacios vividos de la casa, así como los exteriores anejos al uso de la vivienda.
El proyecto hereda sus proporciones de las propias dimensiones de la parcela que, próximas a la geometría del cuadrado, transfieren sus características al volumen edificado. Con los únicos accesos posibles alineados en la cara norte, el leve pero nada desdeñable desnivel topográfico que se produce en dirección sur contribuye a orientar los espacios interiores hacia el mediodía, con la edificación ubicándose en una cota de dominio visual sobre el resto de la parcela.
UN RECORRIDO ARQUITECTONICO
A través de los espacios de transición se establece un recorrido arquitectónico de aproximación a la vivienda que, desde el acceso a la parcela y en sentido descendente, va atravesando espacios en semisombra y patios recortados contra el cielo, acompañándose de láminas de agua y masas vegetales, hasta alcanzar el interior del espacio doméstico.
De este modo se generan bajo la cubierta zonas ajardinadas de transición entre el interior y el exterior; patios a modo de oasis alrededor de los cuales gira la vida interior de la vivienda y cuyos esbeltos árboles emergen del volumen construido a través de los huecos abiertos en cubierta. En los espacios ajardinados cubiertos que aparecen cualificando el perímetro exterior de la construcción, la cubierta se desmaterializa, adoptando la permeable apariencia de pérgolas de finas lamas metálicas que permiten nuevos matices en la transición entre los espacios netamente interiores y el jardín a cielo abierto.
LAS SOMBRAS RASGADAS
Al movimiento del deslizamiento relativo entre los planos inferior y superior se van incorporando otros juegos formales que aportan riqueza y variabilidad a la geometría estricta del cuadrado. La homogeneidad del plano queda así interrumpida por la apertura de patios interiores, troquelando la tersa superficie y permitiendo que penetre la luz natural en los interiores. Sin embargo, la huella de la edificación se mantendrá fiel a la pureza geométrica de la idea inicial, conservando intacto su contundente perímetro.
TERRAZAS EN TODAS DIRECCIONES
La configuración definitiva de la distribución, aunada con las decisiones proyectuales formales, acaban por cristalizar en una solución caracterizada por la ubicación de terrazas en todas las direcciones, expandiendo los límites de la propia arquitectura hacia el paisaje domesticado que la circunscribe. Gracias a este mecanismo se garantiza la doble orientación de las salas, necesaria para conseguir el recurso bioclimáticamente eficiente de la ventilación cruzada. La materialización poética de un estilo de vida intrínsecamente mediterráneo.
La zona de día aparece abriéndose a sur hacia las amplias vistas que permite el jardín, con la silueta de los árboles recortándose tras la generosa terraza que se desfragmenta entre el tapiz verde vegetal y el reflejo difuso de las láminas de agua. En el interior, los espacios se concatenan en una interdependencia controlada, permitiendo tanto visuales cruzadas a través de profundas diagonales como el uso autónomo de las piezas.
De este modo, la cocina, aunque abierta y en estrecha relación con las estancias del salón y estar, permite su completa compartimentación a través de paneles móviles ocultos en la tabiquería. De forma análoga, la zona de estudio permite su utilización integrada con el resto de espacios, así como un uso independiente en función de las circunstancias específicas.
La calidez de la materialidad
En radical contraste con la nívea tersura del plano de cubierta y los transparentes cerramientos de vidrio que deslizan en grandes paños por el perímetro, los muros y paramentos verticales se dotan de marcadas texturas que irrumpen en los espacios vividos, caracterizándolos con sus nobles atribuciones. Muros de mampostería que, con la tradicional traba de piedra, buscan la privacidad entre los espacios abiertos. Veteados paneles de madera que impregnan de calidez las estancias. Una armónica danza de superficies que se despliega entre los planos continuos del suelo y la cubierta.
Evitando su afección visual sobre el resto de la parcela, el pabellón de invitados encuentra acomodo en los discretos espacios bajo rasante agregados alrededor del patio a oeste, ajardinado en distintos niveles y con acceso independiente. En estas estancias se incluye no solo el dormitorio de invitados y el baño propio, sino también el almacenamiento general de la vivienda así como los necesarios cuartos de instalaciones.
El vestibulo y el patio
El vestíbulo de acceso en torno a un patio ajardinado recibe al habitante y distribuye a su alrededor los flujos circulatorios de la vivienda, organizando las estancias en cuatro ámbitos diferenciados: el programa abierto, el programa privado, el programa anexo y el programa excavado.