CASA EN LA LADERA ATERRAZADA
Custodiada por la majestuosidad del bello paraje del Parque Natural de la Sierra Calderona, esta vivienda unifamiliar se ubica en una de las laderas montañosas de la exclusiva urbanización Los Monasterios de Valencia. Un enclave idílico que reúne de manera natural la serenidad y belleza de la sierra, con la frescura y delicadeza de las aguas azules del mediterráneo. Un entorno privilegiado, ejemplo de la variada geografía valenciana que encandila no sólo por sus paisajes, si no también por su cálido y agradable clima durante las cuatro estaciones del año.
El entorno natural que rodea a este proyecto de arquitectura se alza como una característica que otorga carácter y personalidad a la casa, convirtiéndose en un importante factor que condiciona de manera positiva el planteamiento de cada una de las estancias.
PLANOS VOLADOS SOBRE LA PENDIENTE
La suave pendiente de una loma deslizándose hacia la llanura entre las cumbres rojizas de la sierra y el verde follaje de los pinos enmarca la parcela de esta casa en Los Monasterios, Valencia. Ascender su tenue ladera hasta alcanzar el dominio visual del entorno, oteando el vasto paisaje que se vislumbra sobre las copas de los árboles, es un auténtico privilegio.
Capturar el instante, enmarcando la experiencia entre ligeros planos volados que se lanzan al vacío desde una topografía domesticada mediante aterrazamientos. Bajo la textura de la madera, con su aroma y calidez, la casa, escalonada en varios planos, se abre desinhibida hacia un jardín envolvente con infinitas vistas.
LADERA ATERRAZADA
La ligera pendiente de la parcela es la gran protagonista a la que debe su nombre este proyecto de arquitectura. Es esta característica la que permite que la casa goce de una perfecta orientación hacia el sur, potenciando las vistas al bello paisaje verde, el mar mediterráneo y la ciudad de Valencia. Bajo la vivienda, se abre de manera majestuosa una frondosa colina verde.
El acceso a la vivienda, en un segundo y disimulado plano, se sitúa en las cotas inferiores de la pendiente, permitiendo una entrada peatonal independiente desde la calle y ofreciendo al usuario la posibilidad de ir descubriendo de manera escalonada las increíbles vistas y el potencial arquitectónico de la vivienda.
Una experiencia única desde los niveles más bajos de la casa que conducen a quien la recorre a disfrutar de un efecto sorprendente que se potencia al llegar a la parte más elevada de la vivienda. La terraza superior, rodeada de vegetación y cubierta con madera, aporta calidez y frescura permitiendo divisar el bello paisaje, mientras el usuario se adentra en el oasis que genera este proyecto de arquitectura singular en el que predomina la armonía de los volúmenes y los imponentes voladizos.
La estratégica posición de la vivienda sobre las copas de los árboles permite alcanzar preciosas vistas hacia la ciudad de Valencia y el Mar Mediterráneo. En la cara trasera se disfruta del incomparable paraje de la Sierra Calderona, inmenso parque natural de la ciudad de Valencia, que desciende con ligereza hasta el mar.
Así como el acceso peatonal desde la calle se configura en este proyecto de forma ascendente, la circulación rodada de los vehículos desciende ligeramente penetrando en el terreno hasta alcanzar la planta semisótano abierta a un amplio patio ajardinado. Un garaje amplio que se integra perfectamente en la vivienda gracias a la luz natural que recibe desde el patio y a la vegetación que lo rodea.
El recorrido de acceso a la vivienda está rodeado de ligeras láminas de agua con geometrías quebradas en distintos movimientos de aproximación y receso. Elementos que otorgan al proyecto calidez y naturalidad, haciendo las estancias exteriores y las vistas desde la parte trasera, muy placenteras. Las láminas de agua acompañan al visitante en su recorrido a través del nivel intermedio desde la entrada peatonal, hasta el vestíbulo de entrada.
La entrada a la vivienda desde la calle es por tanto un primer paso en el recorrido experiencial de esta vivienda. Un acceso que combina diferentes elementos naturales como el agua y la vegetación, con diferentes materiales para vestir los elegantes volúmenes y planos que presenta el proyecto.
LOS PLANOS VOLADOS
La imagen última de la arquitectura queda materializada por unos livianos planos que, desde la colina domesticada, se lanzan en voladizo hacia el paisaje. El ritmo creado por el deslizamiento de los distintos elementos reproduce un descenso pausado hacia el nivel inferior.
El nivel superior de la vivienda, con protagonismo destacado en este proyecto, se encuentra dotado con las mejores vistas, despejadas una vez superada la masa de vegetación existente. Gracias a estas condiciones visuales y lumínicas, esta cota superior resulta la óptima para alojar la zona de día.
El espacio del vestíbulo y hall de acceso, a modo de charnela, conecta todos los niveles de la vivienda en un potente juego de visuales cruzadas que multiplica la calidad espacial del mismo. La fluidez de los recorridos que lo atraviesan se ve potenciada por la escultórica escalera helicoidal que se despliega en su interior.
Con una materialidad muy cálida, ofrecida principalmente por la madera, protagonista en este proyecto arquitectónico, el hall de entrada y el acceso a la zona de habitaciones está rodeado de elegantes ventanales de vidrio que permiten un agradable baño de luz natural al resto de estancias.
PABELLON PASANTE
Tanto el acceso peatonal, como el acceso de vehículos, confluyen en un único espacio de recepción, el vestíbulo de la vivienda. Este espacio, abierto y totalmente pasante, se localiza en un nivel intermedio que, además, reúne unas características de mayor privacidad, condiciones idóneas para albergar y dar paso a la zona de noche.
La transparencia de los planos de vidrio bajo las cubiertas permite disfrutar del espacio superior del pabellón en una panorámica interrumpida sobre el paisaje de forma continua. Ello logra que se disfrute tanto de las vistas hacia el mar como de la montaña escarpada donde se ubica un jardín.
Un pabellón muy espacioso que cuenta con una terraza principal con vistas al mar, la ciudad y el jardín con piscina de la vivienda y una zona posterior, también con una amplia terraza volada que permite contemplar las agradables vistas a la Sierra Calderona. Esta parte trasera del pabellón superior pasante se convierte pues en un recóndito jardín de carácter contemplativo que permite disfrutar del entorno, a la vez que sirve de porche para la zona baja donde se ubica un precioso comedor exterior en el que disfrutar de momentos únicos.
