EL LUGAR, EL MIRADOR Y LOS OLIVOS
Una parcela de bordes irregulares con gran desnivel, salvado mediante una serie de bancales que sustentan a gran número de olivos de mediana. En el horizonte, las vistas libres a un valle… la casa como un lugar donde relajarse y descansar, quizás incluso aislarse del mundo… un oasis. Ello sintetiza la preexistencia y lugar donde dar cabida a la arquitectura de esta vivienda.
ACCESO A LA VIVIENDA
Debido a la pendiente del terreno el acceso se encuentra más elevado que la cota de implantación. Este, formalmente más opaco, se realiza desde el vial noreste. Un muro de piedra señala y remarca el acceso, dotando de privacidad el recorrido hasta el interior.
La piedra materializa los muros que se alargan más allá de la vivienda potenciando la sensación de robustez vinculándolos con los de los bancales originales.
LA CASA COMO UN ABANCALAMIENTO
El proyecto de arquitectura asume la modulación de los bancales y arboles existentes, situándose la vivienda a modo de mirador sobre las copas de los olivos. Se persigue la imagen de paisaje como lugar ideal casi de un modo romántico. La propuesta, por tanto, nace de la búsqueda de un lugar desde donde admirar el ancho valle y las lejanas montañas, aprovechando la inclinación natural del terreno.
La arquitectura, es decir la casa, se convierte, en consecuencia, en un nuevo abancalamiento que integra los espacios habitables, funcionando como un mirador sobre los olivos preexistentes que dotan de calidad paisajística al espacio.
PROTECCIÓN SOLAR
Un potente alero a sur protege del intenso soleamiento del verano, pero permitiendo la incidencia solar en invierno. La piscina permite, con los vibrantes reflejos de la superficie del agua, multiplicar el entorno, diluyéndose en él, actuando como prolongación del mirador, un lugar idóneo desde donde contemplar la puesta del sol.
INTERIOR / EXTERIOR
La implantación de la vivienda, junto a la continuidad interior-exterior de los espacios y a las emociones que evocan los materiales escogidos logran sugerir el concepto de arquitectura pretendido de mirador sobre unos olivos existentes, desde donde poder admirar las amplias vistas al valle potenciadas por los reflejos del plano de agua.
LUMINOSIDAD Y TONOS
El color blanco junto a los tonos crema del pavimento potencian la luminosidad de la casa. Los grandes acristalamientos logran que la luz invada la vivienda y a su vez permiten contemplar las magníficas vistas desde el interior.
UN JARDÍN PRIVADO
El dormitorio principal es la pieza que disfruta de una orientación única, suroeste, garantizando su necesaria privacidad. Un alero permite prolongar más allá de la carpintería el espacio interior y focalizar las visuales hacia una zona privativa del jardín, con la presencia dominante de un viejo olivo, un jardín dentro de la habitación.